Si preguntamos a un deportista cuál es su principal objetivo, te dirá que es ganar, ser el primero, o ser el mejor en lo que hace. Y aunque sus logros no siempre se correspondan con sus ambiciones inmediatas, en su mundo competitivo, fijará sus objetivos lo más alto posible.
El mundo de los negocios es igual de competitivo. Muchas empresas basan su evolución en pequeñas mejoras y metas a corto plazo que se revisan y actualizan cada pocos años.
Sin embargo, a día de hoy algunas empresas se están volcando hacia la tendencia de actuar por el clima y un cambio de modelo energético, abandonando los objetivos a corto plazo en favor de objetivos a largo plazo y cambiando hacia una estrategia de negocio amigable con el medio ambiente que a la vez es rentable.
Esta, parece ser la visión de IKEA, que ha prometido que para el año 2020 tendrá un impacto positivo sobre el medio ambiente. Steve Howard, director de sostenibilidad (CSO) en IKEA, describe esta táctica como una apuesta fuerte, aunque sin duda no la ve como un juego de azar.
En una conferencia sobre el clima realizada la semana pasada en Londres, Howard afirmó que si vamos a eliminar las emisiones de CO2, tendremos que hacerlo con un objetivo del 100%.
Su argumento es que en las empresas que definan por ejemplo objetivos del 90 por ciento, una parte del personal instintivamente tratará de ser parte del 10 por ciento restante para preservar el status quo. Mientras que estableciendo objetivos aún mas bajos de por ejemplo el 50 por ciento - o como lo expresó Howard, diciendo que "no vamos a ser la mitad de malos de lo que somos hoy" – es una aspiración confusa y poco clara.
Howard afirmó que "si se establecen objetivos del 100 por ciento, de inmediato se se detendrá toda investigación y desarrollo en tecnologías viejas, y se pondrán todos los esfuerzos en mirar hacia el futuro".
Para 2020, no solamente la totalidad del negocio de IKEA funcionará con energías renovables, sino que va a producir tanta energía renovable como la que consume. La multinacional está invirtiendo fuertemente en sus propias instalaciones solares y eólicas.
Esta iniciativa no solo es importante para el medio ambiente sino que también es buena para el negocio de la empresa que estableció la meta de 100 por ciento de energía renovable porque además quería tener el control de sus fuentes de energía en lugar de pagar altos costes a las empresas comercializadoras.
A día de hoy, IKEA ahora posee y opera 700.000 paneles solares y 29 parques eólicos en todo el mundo. En los países nórdicos, la empresa ya es energéticamente independiente, a la vez que está en camino de serlo en todo el mundo a partir de 2020.
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